Torah para Vivir

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23 ago 2016

ODIO VANO


La enfermedad autoinmune en Israel...

Nosotros, los judíos, siempre nos quejamos del odio antisemita que se manifiesta en todos los rincones del planeta...
En algunos lugares, como en los países árabes, es proclamado abiertamente, sin tapujos y sin vergüenza...
En otros lugares, lo callan pero lo actúan en secreto y en otros lo disfrazan de piedad hacia nuestros enemigos, transformando su odio hacia nosotros, en antisionismo...
De todas maneras el boycot a Israel y la mar en coche, es todo el mismo estiércol con diferente olor...más cool, más moderno, más intelectual y más progresista que el odio sangriento vomitado por la boca de los líderes musulmanes, pero esencialmente igual...

Y está bien.
El enemigo nos odia.
Es sano que ésto suceda.

Ocurre que el temor por aquel que es diferente, el pánico de que este ser diferente sea más poderoso, más genio, más potente y hasta más bondadoso, genera una reacción natural en todos los seres humanos dominados por su instinto animal.

Y pueden ser los hombres más cultos de la historia (como en Alemania Nazi) o el inmigrante ilegal africano que huye de la miseria y el hambre... si no ha reflexionado sobre la bendición de las diferencias, sobre la bendición que el judaísmo ha traído al mundo, surge su instinto primario de supervivencia y decide atacar a aquel fortachón hebreo, que aparece en escena...

Por eso me parece inútil el esfuerzo por “aclararle” al mundo, de que somos los buenos de la película...

Si lo quieren ver, lo verán... Pero si no quieren verlo...

Los antijudíos quieren creer todas las mentiras que danzan en las redes, en la prensa, en las películas y en las conferencias...
No les interesa ni la verdad ni la historia.

El odio antijudío, no necesita que nosotros gastemos energía, información, o publicidad a favor de Israel, porque así como un médico fumador, no deja de fumar a pesar de que sabe exactamente lo que la nicotina y los tóxicos le provocan a su organismo, su decisión de continuar con su adicción, no depende de la información que maneja...

El ANTIJUDÍO, no necesita la información específica sobre nuestro pueblo, ni le interesa conocer la otra cara de la verdad de las cosas, porque el antijudío, no está interesado en cambiar su emoción negativa sobre los hijos de Israel, le expliquen lo que le expliquen, le aclaren lo que le aclaren...

Lo que a mi realmente me amarga, me angustia, me sorprende para mal, me pone nerviosa y me da rabia, es esta enfermedad que ha crecido dentro de nuestro pueblo, esta enfermedad autoinmune, del ODIO VANO, que destruye a nuestros propios órganos y ataca nuestra propia existencia.

Ésto sí, es un horror.
Ésto sí, merece meditación y soluciones fuertes, innovadoras, energía, claridad, coraje, valentía, y huevos u ovarios, según el caso.

Ortodoxos contra Laicos
Laicos contra ortodoxos
Telavivim (residentes de Tel Aviv) contra nacionalista instalados en Yehuda y Shomrón
Masortiim, Marokaim, Mizrajim, Etiopim, Ashkenazim, Sfaradim, Olim vatikim, Olim Jadashim, Rusos, Europeos, Norteamericanos, Latinos, etc. todos tiene sus motivos para despreciar a su hermano judío, y si no es por una cosa, es por la otra.

Mi esposo y yo, que somos una mezcla indescriptible de experiencias y decisiones, muchas veces hemos sido tratados con indiferencia, con desprecio, con abuso, con presión y manipulación, por distintos y diferentes judíos porque suponen que somos de un “bando”, ya sea por nuestro aspecto, o nuestra manera de hablar, o por nuestras elecciones o nuestra sensibiladad...

Hay mucha gente buena en Israel, muchos, infinitos actos de bondad gratuito surgen de estas almas nuestras, destinadas a la grandeza y a ser Luz para las Naciones...

Pero cuánta cara de tujes innecesaria hay que soportar cotidianamente, hasta encontrar a alguien que te devuelva el saludo aunque más no sea con una simple sonrisa!

Toda esta base de mal humor, de echar culpas al judío de al lado sólo porque es diferente... empieza en casa, en nuestro hogar, con nuestros amigos o parientes...

Esta enfermedad de la intolerancia porque sí, se agranda, se explaya y llega a los lugares de poder...
Entonces un día nos desayunamos que las “autoridades” han decidido encarcelar a los soldados que disparan contra un enemigo declarado, pero cierran los ojos cuando un soldado laico abusa sexualmente de otro soldado ortodoxo, y resulta que “adiestran” a nuestro ejército con cursos y conferencias que les dan vuelta la cabeza, explicándoles cuán conquistador es Israel y cuán víctimas son los árabes que atentan contra nuestras vidas!

Los ministros (muchos) de nuestro pueblo, hacen pactos con el enemigo, regalan tierras, intercambian y liberan prisioneros que luego vuelven a asesinar a los nuestros, expulsan judíos de sus hogares, nos prohiben rezar en algunos lugares, hablan estupideces y se agarran de las mechas entre ellos!

Se ofenden con un soldado de 19 años, y lo condenan pública y mediáticamente, antes de la investigación y antes del juicio, mientras se llenan la boca hablando sobre la de ética de Tzahal!

Los ministros son parte de (o le tienen miedo), aquellas organizaciones antisionistas que intentan desprestigiar a nuestros soldados, a nuestros ciudadanos ocupados en establecerse en nuestra propia tierra...

La traición disfrazada de humanismo, está a la orden del día...
Evían a nuestros hijos a zonas de conflicto, pero les atan las manos o se “olvidan” de traerlos de nuevo a casa...

Hay muchos avances científicos, maravillosos, pero el progreso no hace a la felicidad, no modifica las emociones ni nos educa para ser mejores personas.

Sales a la calle y sabes que alguien te mirará mal, te tocará bocina cuando el semáforo aún está en rojo, te retará por cualquier cosa, porque no has puesto el carro del supermercado alineado “como debe ser”, porque has elegido cubrirte el cabello con pañuelo y abandonar la peluca, o porque aunque lo llevas atado con correa, no has castrado a tu perro...

Los muchachos ortodoxos que hacen la Tzaváh, son maltratados por sus compañeros laicos y luego son maltratados por su propia gente en su barrio y hasta en su hogar...

El gobierno de Israel se “embandera” y corre a auxiliar a naciones en momentos de cataclismos, y permite que soldados de Tzahal, ayuden a los inmigrantes ilegales de Sudan, pero se olvida de los sobrevivientes del holocausto y de los niños judíos con índices terribles de pobreza... Luego surge ese corazón piadoso de muchos otros judíos "particulares" que intenta curar o ayudar...

Pero desde el oficialismo... mucha careta...
Mucho “amor” para la vidriera internacional...

Luego todos nos abrazamos en el Kotel y lloramos creyendo que nuestros enemigos son los terroristas musulmanes... y realmente lo son!

Pero nosotros mismos hemos abierto la grieta!

Criticamos constantemente a nuestra propia gente, atamos las manos de nuestros soldados, o somos estafados tanto por el gobierno como por las empresas y particulares que nos quieren timar, ya sea en calidad, en cantidad o en lo que fuese...

Estoy dolida.
Este es mi pueblo, mi Nación, mi lugar...
Einli Eretz ajeret...
(No tengo otra tierra)

Y es tan inmaduro e infantil, pretender que la diplomacia internacional nos apoye, mientras nosotros nos comemos vivos!

Estoy dolida por toda esa cantidad de judíos de buen corazón que hacen voluntariamente bondades cotidianas e infinitas y que permanecen tapados por esa otra cantidad de hermanos egoístas, pendencieros, pro-palestinos, violentos, astutos, que nos zapatean la cabeza, para que perdamos las ganas de ser amables, de ser honestos, de ser sionistas o de ser judíos...

No pretendo que todos estén de acuerdo con lo que escribo, me contento con que alguien, dolido como yo, no se sienta tan solo ni tan loco.

Quiera Dios que los traidores de nuestro pueblo, se arrepientan por las buenas...

Que algun día podamos curarnos de esta enfermedad de auto-odio vano...

Y estemos listos para la Redención Final.
Amen.
Deborah Starkloff